Se ha dicho que
el hada del invierno es la mas temible de las cuatro hermanas y que muy pocos
se han atrevido siquiera a mirarla .
Una vez lo intentó un hombre intrépido y su leyenda sirve ahora para prevenir a los de más osados de los peligros que entraña la imprudencia.
Una vez lo intentó un hombre intrépido y su leyenda sirve ahora para prevenir a los de más osados de los peligros que entraña la imprudencia.
Alguien le dijo
una vez que sólo la noche de Samhain era posible contemplar sin peligro a
la dama del invierno , porque entonces es cuando ella está más atareada en
preparar su reinado y no se preocupa de lo que hacen los hombres . Así que
decidió escalar la montaña más alta de la sierra , donde le dijeron que había decidido
hospedarse
No se sabe con certeza qué ocurrió allí arriba, pero se sospecha que ese hombre logró encontrarla y que seguramente vio su manto blanco y su cayado de hielo , y que durante un tiempo permaneció mudo y con frío admirando su espalda , hasta que ella notó el calor de la mirada del hombre en su nuca y volvió la cabeza enfurecida .
El hombre vio entonces la profundidad de sus ojos , que eran dos cuencos negros , y notó que la lengua se le endurecía en la boca y que todo su cuerpo se helaba hasta quedar convertido en una estatua de hielo.
Las Hadas del
Invierno : El invierno trae consigo días grises, frío y nieve. Los pájaros
emigran hacia tierras más calidas y los árboles se quedan sin hojas. Los
campesinos no tienen tanto trabajo como el resto del año, pero las hadas del
invierno emprenden una intensa actividad. Se ocupan cuidadosamente de los
árboles y las plantas perennes, como el pino o el boj, y lo revifican con su
energía espiritual, y previenen o reparan los daños que pueden ocasionar la
nieve y el frio en los arbustos más frágiles. Al igual que las hadas de otras
estaciones, las del invierno están perfectamente preparadas para su tarea, e
incluso sus vestidos se confunden con los colores de la vegetación invernal.
Desde los limpios tonos blancuzcos de las hadas del lirio de invierno y del
endrino, los amarillos de los elfos del tejo y de la pequeña hada del bonetero,
y el violáceo del elfo de la ortiga muerta. Y es que los colores que lucen las
hadas y los elfos del invierno se corresponden con los de las plantas y las
flores a los que están vinculados.
Pero entre todos
ellos destacan de una manera especial el hada del árbol de navidad y el elfo
del acebo como los más representativos del solsticio de invierno. La noche del
22 de diciembre, el hada del árbol de navidad, llevando una varita luminosa en
la mano, encabeza el cortejo del carnaval de invierno del país de las hadas.
Las demás llevan ramas de abeto y entonan villancicos excepto el hada del
bonetero y el elfo del tejo, que iluminan con velas la oscuridad entre la
maleza, y el elfo del acebo que, vestido como un bufón errante, con campanillas
en el gorro y los zapatos, distraen a la comitiva con juegos malabares. Las
hadas patinan sobre los helados charcos, construidos por las hadas de los
hielos, y beben un sabroso té a la menta para entrar en calor. Las más jóvenes
se lanzan bolas de nieve del tamaño de un guisante y juegan a espantarse con
ramitas de muerdago. Caillech ( Reina del Invierno ) : Antiguamente, en
Escocia, durante la víspera de Shamain, Caillech, la Reina de las hadas de
invierno, relevaba a Carlin en el gobierno de la naturaleza.
Poco a poco, el
paisaje otoñal iba dejando paso a los vientos fríos, la escarcha y los hielos
del invierno. Las altas cumbres se cubrían de nieve y todo parecía entrar en un
profundo letargo hasta el despertar del Beltane, la festividad del fuego. Cada
año, el llegar del invierno es un momento mágico y hermoso. El suelo se
endurece con el hielo y Caillech se adueña de los campos y de las montañas
silenciosas, solo perturbadas por el silbido del viento, y cubre el paisaje con
un manto blanco.
En las planicies
nórdicas, Caillech se conoce con el nombre de Reina de las Nieves. De ella se
dice que es fría e implacable, y que conduce un trineo blanco arrastrado por
dos corceles a través del solitario invierno. En Alemania, la estación invernal
está gobernada por la amable Frau Hölle, que todos los años sacude su edredón
con fuerza, las plumas salen de su interior y se convierten en pequeños copos
de nieve a medida que van cayendo al suelo. En Rusia, en cambio, el dueño y
señor del invierno es el padre frio, que agita los vientos y las tempestades de
nieve sobre las grandes estepas, con una furia inusitada. Caillech se sirve a
menudo de su corte de hadas y elfos para realizar sus tareas invernales. Las
Vilas, por ejemplo, salvan a los hombres, que se extravían en las altas cumbres
nevadas y algo parecido sucede con los Barbegazi, que hacen sonar un potente
cuerno para advertir a los hombres y a los animales del peligro de los aludes
que están a punto de desprenderse.
En algunos
lugares, Caillech se presenta como una bruja de larga cabellera blanca y el
rostro azulado por el frio, en algunos relatos del Suroeste de Munster, se
cuenta que, mediante un hechizo, Caillech se convierte en una hermosa joven al
llegar la primavera. Los hombres del hielo, súbditos de Caillech, tienen los
pelos de las barbas y las uñas de los dedos como afilados carámbanos de hielo,
y su aliento levanta furiosas ventiscas. Su carácter frio puede ser peligroso
para los humanos, pues si se enojan pueden convertirlos en témpanos de hielo o
muñecos de nieve.
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